Nepal atraviesa uno de los momentos más tensos de su historia reciente. La capital, Katmandú, fue escenario de intensas manifestaciones que derivaron en violencia, con al menos 22 personas muertas y cientos de heridos. Las protestas en Nepal obligaron al primer ministro KP Sharma Oli a presentar su renuncia.
Las protestas no surgieron de la nada. Durante años, la población expresó frustración por la corrupción y la falta de oportunidades económicas. Sin embargo, la chispa que encendió la indignación fue la prohibición del uso de redes sociales como Facebook, WhatsApp, YouTube, Instagram y X.
La reacción fue inmediata. Miles de jóvenes, en su mayoría de la llamada Generación Z, salieron a las calles. El enojo contra la élite política del país se tradujo en incendios de edificios gubernamentales, enfrentamientos con la policía y el cierre del aeropuerto internacional de Katmandú.
Protestas En Nepal Dejan Saldo Mortal
Las manifestaciones iniciaron el lunes y se intensificaron en cuestión de horas. Multitudes se dirigieron al Parlamento y a la Corte Suprema, que fueron incendiados junto con otros edificios públicos. La policía respondió con cañones de agua, gas lacrimógeno y munición real.
La violencia se desató pese al toque de queda impuesto por las autoridades. De acuerdo con el Ministerio de Salud, más de 400 personas resultaron heridas, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad. El Hospital de Servicio Civil de Katmandú confirmó la muerte de 22 manifestantes.
Imágenes difundidas por agencias internacionales mostraron a Katmandú cubierta de humo. Las escenas incluían saqueos en la residencia privada del primer ministro y la destrucción de mobiliario antes de que el inmueble fuera incendiado.
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— African Hub (@AfricanHub_) September 9, 2025
Politicians houses in Nepal burned by Gen Z youths protesters pic.twitter.com/MkBWkLLFbl
Protestas En Nepal Lideradas Por Jóvenes
Aunque la prohibición de redes sociales fue el detonante, la inconformidad venía de tiempo atrás. Jóvenes de entre 13 y 28 años encabezaron las movilizaciones, reflejando el hartazgo por las limitadas oportunidades de empleo.
El Banco Mundial informó que la tasa de desempleo juvenil en Nepal alcanzó el 20,8 % en 2024. Este dato refleja la dificultad que enfrentan los jóvenes para acceder a un futuro estable. A esto se suma el malestar por la corrupción política, que muchos consideran enquistada en la élite del poder.
Un movimiento en línea contra los llamados “Nepo Kids” —hijos de políticos que exhiben lujos en redes sociales— alimentó aún más la indignación. La brecha entre la clase política y los ciudadanos comunes se hizo más visible, avivando la movilización social.
El Primer Ministro Renuncia Y Se Crean Más Preocupaciones Internacionales
El martes, la situación alcanzó un punto crítico. La renuncia del primer ministro KP Sharma Oli fue anunciada mediante una carta en la que mencionó “la situación extraordinaria” del país. Su dimisión se sumó a la de varios ministros, entre ellos el del Interior, Agricultura, Agua y Salud.
La comunidad internacional reaccionó con preocupación. El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió moderación y respeto a los derechos humanos. Amnistía Internacional calificó el uso de munición real contra manifestantes como una grave violación al derecho internacional.
Por su parte, el Departamento de Estado de Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos permanecer en resguardo. Mientras tanto, el Ejército de Nepal desplegó tropas en Katmandú con el objetivo de controlar la violencia y llamó al diálogo para evitar más pérdidas humanas.
Reflejo De Una Crisis Política Profunda
Nepal es un país con una historia política inestable. Desde que abolió su monarquía en 2008 y se convirtió en república, ha tenido más de una decena de gobiernos. Los analistas señalan que la crisis actual es una de las más graves en décadas.
Tras la renuncia de Oli, el presidente Ramchandra Paudel pidió a los jóvenes que lideran las manifestaciones abrir un diálogo pacífico. Se espera que el parlamento busque formar un gobierno interino, aunque ningún partido cuenta con mayoría clara.
La presión de la Generación Z podría marcar un antes y un después en la política del país. Para muchos, esta ola de protestas representa un nuevo despertar ciudadano en Nepal, donde la demanda de transparencia y oportunidades económicas ya no puede ser ignorada.
